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Reactable
(México, Foro cultural La capilla, 18/08/07)

Después de que tres pincharon relativamente bien, y pinchar es un decir porque su equipo desafía el término, apareció el invento. Primero un punto en el centro, agua en onda, perturbando la superficie; después el primer cubo, intermitente, encendiendo al aparato: pulso. Una onda para acompañar, un efecto; con una frase acabada, manipulando retardos y cortando frecuencias aparecen ritmos, uno, dos, accidentados, aleatorios, atendiendo al ambiente y a la respuesta de los espectadores. Dientes de sierra, reverbs y una muestra: The last day of the suicide kid. Chunk y frecuencia como parámetros. Acotó el tiempo hasta hacer de la voz un zumbido.

El segundo set comenzó con un generador de onda. Girar en sentido horario. La frecuencia aumenta, el tono se hace más agudo y la luz se anima para favorecer el sonido. Manipular de nuevo, con un retardo, rellenar la mesa con cubos, diseccionar hasta provocar un ritmo discernible. Un cubo se resbala, la muestra no estaba contemplada: accidente, casi explosión hasta los oídos; pero de cierto modo estético, lo que trajo impulsos nuevos, señales cuadradas, ritmos lastimados. Todas las piezas conectadas en un diagrama casi proporcional.

Casi al final un armonizador, bien entonado por cierto, y los graves hasta el pecho, agitando sin querer los alerones de la nariz. Equipo. Para el final el regreso del suicida, pero retocado con un eco particular. Tiempo, las piezas como perillas, el último ritmo se escucha sin figuras en la mesa. ¿Cómo es eso? Alguien secuestró la salida y la tenía corriendo en un bucle. Efectivamente otro pincha-discos y su Mac, porque la banda quería bailar. El total menor a una hora.